Históricamente, las universidades se han dedicado a la formación académica y a la investigación. Sin embargo, en los últimos años se les ha comenzado a reclamar el desarrollo de mecanismos de transferencia a la Sociedad de ese conocimiento y tecnología. Esta misión de transferencia cobra sentido cuando se proyecta el conocimiento hacia el sector productivo por lo que, en su voluntad de dinamizar este proceso mediante colaboraciones abiertas, es necesario establecer servicios permanentes que apoyen la Innovación, fomenten la movilidad y potencien los encuentros y el intercambio de ideas y proyectos entre la Universidad y la Empresa.

• No dar prioridad a la transferencia.
• Implicación de la Empresa sólo en fases finales de la investigación universitaria.
• Dificultades en la comunicación bidireccional entre la Empresa y la Universidad.
• Dificultad en la elección del grupo de investigación universitario más adecuado para las necesidades de la Empresa.
• Seguimiento insuficiente del trabajo de la Universidad por parte de la Empresa en proyectos de colaboración.
• Escaso desarrollo de mecanismos sistemáticos de colaboración entre la Universidad y la Empresa: joint ventures, jornadas de acercamiento, etc.
   

Las siguientes recomendaciones ofrecen casos prácticos de éxito contrastado en distintas regiones que han logrado transferir conocimiento y tecnología de forma más sistemática entre Universidad y Empresa.